¿Sabes por qué 2020 será el año de los eléctricos?
La mejora de las baterías y la reducción de costes, junto con las normas de emisiones más restrictivas, crearán el caldo de cultivo ideal para la proliferación del automóvil a pilas. La revolución de la movilidad a pilar ya ha llegado, y comienza en 2020. Tras una década de incertidumbre, la Unión Europea ha establecido nuevas normas de emisiones de CO2, que entrarán en vigor el 1 de enero.
Una vez lograda la sensibilización de la sociedad y el posicionamiento del cambio climático entre los grandes problemas globales, una de las piezas que faltaban para completar el círculo virtuoso del transporte sostenible era la tecnología que hiciera posible y, sobre todo, económicamente viable, el automóvil verde o sostenible. El desafío de la mejora de la calidad del aire y la sostenibilidad del planeta afecta a todos los sectores. Y, aunque el del transporte es solo responsable del 14% de las emisiones globales de CO2, la movilidad eléctrica y, en particular, el automóvil a pilas, pueden ser una herramienta clave para empezar a cambiar la tendencia negativa de crecimiento de los últimos años.
La solución ha venido de la mano de las baterías de ion litio de los teléfonos móviles, que en una segunda fase y agrupadas en grandes módulos, se han convertido en el corazón que ha dado la vida al desarrollo del coche eléctrico. Los nuevos coches eléctricos 2.0 que comienzan llegar –de momento y en su gran mayoría, de marcas exclusivas y a precios prohibitivos– han sido diseñados ya desde el primer boceto para funcionar exclusivamente a pilas, lo que permite optimizar todas sus ventajas, como el aprovechamiento del espacio que queda libre al no llevar motor, cambio, escapes, radiadores, etcétera.
La nueva norma que implantará la UE el 1 de enero de 2020 exigirá que las emisiones medias de cada fabricante no superen los 95 g/km de CO2. Quien se pase deberá pagar 95 euros por cada gramo de más de cada coche que supere el límite. Dos escenarios teóricos: si un fabricante matriculara en Europa en torno a 1,7 millones de unidades que superaran el límite comentado, podría llegar a pagar 160 millones de euros de multa a finales de 2020. Los modelos y versiones con más emisiones supondrán grandes sanciones a sus fabricantes y provocarán la salida del mercado de muchos de ellos, sobre todo los menos rentables. Esto supondrá el aumento de los precios de los coches de combustión; lo que, a su vez, provocará que los coches eléctricos sean mucho más accesibles.
Fuente: El País
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